Los padres tienen
un papel fundamental a la hora de mantener a los adolescentes a salvo durante el verano

Por Stephen Wallace, M.S. Ed.

"Y el estío no dura casi nada", escribió William Shakespeare, anunciando aparentemente la llegada demasiado temprana del otoño. Pero una corta estación de verano es suficiente para que incluso los jóvenes con menos probabilidades busquen problemas en los lugares más probables: los autos y las carreteras.

Alejados de sus escritorios escolares, su tarea y sus actividades extracurriculares, los adolescentes encuentran nuevas expresiones de independencia en los meses de verano, que a menudo están relacionadas con los automóviles. Según estudios de SADD (Students Against Destructive Decisions (Estudiantes contra las decisiones destructivas)) y Liberty Mutual Group, los jóvenes pasan un 44 por ciento más de horas manejando por semana en verano que durante el año escolar.

¿Y por qué eso es un problema? Porque demasiados adolescentes no tienen buen juicio detrás del volante. Por ejemplo, más de la mitad (62 por ciento) de los jóvenes que manejan y están en secundaria dice hablar por teléfono mientras maneja, y dos tercios (67 por ciento) dicen que manejan por encima del límite de velocidad.

Al comparar los hábitos de manejo de autos del verano con los del resto del año, descubrimos que es más probable que los adolescentes manejen con tres o más pasajeros en el auto (23 por ciento frente al 6 por ciento); es más probable que manejen por la noche (47 por ciento frente al 6 por ciento); y es más probable que manejen cuando están cansados o soñolientos (24 por ciento frente al 9 por ciento).

Pero estos no son los únicos problemas. Inexplicablemente, un gran número de adolescentes continúa tentando al destino manejando bajo la influencia del alcohol. Los datos revelan que uno de cada cinco adolescentes toma y maneja, y uno de casi cada ocho consume marihuana y maneja.

La National Highway Transportation Safety Administration (NHTSA, Administración Nacional para la Seguridad en las Autopistas) informa de que, como promedio, más de 300.000 adolescentes resultan heridos en accidentes de auto todos los años, casi 8.000 involucrados en accidentes fatales y más de 3.500 mueren. Y los números se disparan en los meses de junio, julio y agosto. Eso quiere decir que es hora de hacer algo.

¿Y qué pueden hacer los padres? Afortunadamente, mucho.

Repasar las leyes de circulación, establecer reglas para manejar para la familia y afrontar las consecuencias cuando las leyes y reglas no se cumplen disminuyen el número de adolescentes que participan en estos comportamientos arriesgados. Por ejemplo, es menos probable que los jóvenes cuyos padres establecen expectativas y exigen el cumplimiento de las reglas sobrepasen los límites de velocidad, hablen por teléfono mientras manejan, manejen con tres o cuatro pasajeros en el auto y coman o beban mientras manejan que otros adolescentes. También es más probable que se pongan el cinturón de seguridad y respeten las señales de tráfico.

"Estos hallazgos no se pueden exagerar. Todos sabemos
que sobrepasar los límites de velocidad contribuye
a causar accidentes, y los estudios muestran que los niveles
de accidentes entre los adolescentes que manejan se duplica
o cuadriplica cuando van acompañados por dos o tres
pasajeros, respectivamente, comparándolo con cuando
manejan solos", indica Grez Gordon, vicepresidente de Mercadeo
para los consumidores de Liberty Mutual, citando estadísticas
de Insurance Institute for Highway Safety (Instituto de Seguros
para la Seguridad en las Autopistas). "Los padres pueden
ejercer una gran influencia estableciendo expectativas claras
para sus hijos adolescentes y haciéndoles afrontar
las consecuencias, incluida la pérdida del privilegio
de manejar, en caso de que no se cumplan esas expectativas".

Unas reglas razonables podrían incluir no manejar después de las 10 de la noche; no consumir alcohol ni otras drogas; no comer, cambiar CDs, manejar iPods o ponerse maquillaje; y no usar el teléfono, incluidos los mensajes de texto, mientras se maneja. Y las posibles consecuencias deberían incluir la pérdida temporal de los privilegios de manejar.

Otra medida importante que los padres pueden adoptar para mantener a sus hijos adolescentes a salvo es ser un buen ejemplo. Aunque la mayoría de los jóvenes abrumadoramente dice que sus padres son la mayor influencia en su manera de manejar, casi dos tercios (62 por ciento) de los adolescentes en la escuela secundaria dicen que sus padres hablan por teléfono mientras conducen; casi la mitad (48 por ciento) dice que sus padres sobrepasan los límites de velocidad; y casi un tercio (31 por ciento) dice que sus padres no se ponen el cinturón de seguridad. Por el contrario, los adolescentes que piensan que sus padres son una buena influencia tienen bastantes menos probabilidades de montarse en un carro con un conductor borracho o drogado, por ejemplo.

Finalmente, familiarícese con la Graduated Driver License Law (Ley de la licencia para manejar para menores de 18 años) de su estado, incluidos los requisitos de manejo del auto bajo supervisión y las restricciones con respecto a la hora del día y los pasajeros en el auto. Está claro que los padres pueden hacer mucho para mantener a sus hijos a salvo en lo que se refiere a manejar o montarse en un carro. Pero los adolescentes también tienen un papel importante. Diciendo lo que piensan cuando sus amigos manejan distraídos o de manera peligrosa pueden contribuir a prevenir tragedias innecesarias. De hecho, los estudios muestran que es más probable que los conductores jóvenes escuchen a sus compañeros que a personas adultas porque no quieren perder a sus amigos o ser considerados malos conductores.

Para muchos adolescentes, el verano representa un descanso muy necesario de las presiones de la escuela, los deportes y las obligaciones extracurriculares. Pero la libertad y la diversión tienen límites. Establecer un diálogo que trascienda las advertencias automáticas y refleje una disciplina razonable servirá de mucho para asegurarse de que los niños vuelven a la escuela cuando el breve estío haya acabado.

Stephen Wallace, M.S. Ed., presidente nacional y director ejecutivo de SADD, tiene amplia experiencia como psicólogo escolar y consejero de adolescentes. Visite www.sadd.org y www.libertymutualinsurance.com para obtener más información sobre el manejo de autos entre los adolescentes.

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